Estos renglones reúnen una historia que durante más de 20 años ha logrado transmitir perseverancia, integridad, pasión, risas y mucho amor por Ojara.
Paisa de pura cepa, el embalse de piedras blancas y la piedra del peñol fueron los paisajes que la vieron nacer y crecer, oriunda de Guatapé María Jesús Jiménez alumbró cada esquina cuando llegó con su extrovertida personalidad a las puertas de Ojara hace 24 años.
Su entusiasmo a la hora de trabajar y relacionarse con sus compañeros es único al igual que su sonrisa que va acompañada con la picardía de sus ojos. Es que así es ella, no oculta su forma de ser, pensar y mucho menos tiene pelos en la lengua para decir cuando no le gusta o no está de acuerdo con algo, sin embargo, cada labor que le ha sido designada para desarrollar dentro de la compañía le ha puesto su máxima dedicación y amor. Eso es lo que la convierte en una persona ejemplar, un modelo a seguir dentro de nuestra comunidad.
Viajera de la vida, amante de la buena vida, de los animales, del aguardiente antioqueño como buena paisa y de disfrutar segundo a segundo lo que hace, tiene claro que “Siempre estar contento ante las adversidades y crear su propio ambiente” es la clave para seguir sonriendo. Su motivación en la vida es el trabajo y durante esta época es lo que más le ha hecho falta, pues añora los días en los que intercambiaba risas con sus compañeros al compás del ruido de las máquinas.
“Mona” como es llamada por algunos de sus colegas, es la felicidad hecha persona, para ella no hay día en el que no se sienta feliz de hacer parte de esta familia y nosotros nos sentimos orgullosos al saber que aún existen seres humanos como ella que promueven la unión y nos sientan tan cercanos en su corazón, personajes como María nos impulsan para seguir trabajando por y para nuestra gente.
57 años son los que registra su cédula, pero nosotros estamos seguros que su alma es joven, esto se ve reflejado en el ambiente laboral al ser fuente de conocimiento en manejo de maquinarias y al mismo tiempo en ser transmisora de esa potente energía que nunca la abandona, su fuerte es el compañerismo y las ganas que le pone a cada respiro en su vida. Es fiel creyente de lo que hace y por lo mismo con mucho honor menciona que todos los ganchos que tiene en casa son de excelente calidad al ser de Ojara.
Al plástico lo define como un elemento “chévere” al igual que ella, le asombra el hecho de que llegue a otros países como resultado de las exportaciones y de todo corazón esperamos que su amor por viajar llegue tan lejos como nuestros productos, estamos eternamente agradecidos por sus años de trabajo, su entrega, pasión y risas que nos brinda día a día, María es reflejo de Ojara, de lo que construimos dentro y fuera de la empresa, sin duda alguna ella es ¡Calidad por naturaleza!